CHARLA COMPLETA: "MUJER Y NUEVOS MUNDOS, DESAFIOS EN LA ACTUALIDAD‏"

I. Hoy nos encontramos aquí, entre mujeres, para hablar sobre el tema de la mujer.... tema bastante amplio, que lo iremos acotando. 

Siempre pensé que para esta charla también podrían haber venido hombres, ya que lo que ha sucedido en los últimos años es algo que nos convoca a todos como sociedad y como cultura.

El cambio que se ha producido a partir de la mujer se podría considerar como la mayor de las revoluciones, en tanto ha implicado una transformación cultural que ha removido todos los ámbitos en que vivimos: trabajo, casa, pareja, crianza, amistades, gobiernos, negocios… y mucho más. Entonces, el tema a tratar no tiene que ver solo con una defensa de la mujer y sus derechos, sino con la forma como cada persona se va ubicando en esta transformación, incluida la mujer. Digo "incluida", porque tampoco es fácil hacerlo.

Cuando preparaba esta Charla, recordé que hace muchos años había escrito una serie de columnas acerca de la generación que tenía 30 años en esos momentos, de la cual yo participaba: "Treinta y tantos", la nombré.

 
Me parecía interesante esa época porque se trataba de una generación nueva, que estaba un poco "perdida" en relación a su ubicación social, ya que tenía características muy diferentes a lo que se hubiera esperado de una persona de esta edad. 

En esos tiempos ya era más común que las mujeres estudiaran o trabajaran después de egresar del colegio, por lo que se empezó a postergar el tema de tener familia e hijos. Esta postergación empezó a alargar la adolescencia-juventud, produciendo un nuevo grupo social llamado "Adulto Joven", que se resistía a tomar el lugar clásico de lo que significaba ser "adulto", en tanto los parámetros de vida clásicos no lograban convencerlos en su totalidad.

Es desde este quiebre generacional de los ´80, que a la vez estuvo marcado por grandes hitos, como el del feminismo de los años '60, que doy inicio a esta charla, en tanto se trata de un devenir histórico que ha tenido profundas consecuencias en la actualidad.  

II.-
¿Qué significó ser hijas y nietas, de aquellas mujeres que miraron de frente la libertad y se relacionaron de una u otra manera con ella, ya sea haciéndole el quite, amistándose, enemistándose, o llevando la lucha hasta el final?  

Esta es la pregunta que conduce la Charla. 
Es importante recalcar que no es una pregunta personal, sino, social. No es que mi madre o la madre de ella o él, haya sido efectivamente feminista, sino que este movimiento produjo marcas en la cultura aunque ella o él no lo quiera. Es decir, hoy en día no se pone en duda que una mujer estudie o trabaje. Entonces, se trata de un cambio que va más allá de cada decisión particular y que ha ido marcando de generación en generación.

Sin embargo (y por eso me gustaría saber qué pasa con las adolescentes de hoy) tengo la impresión que la generación de los ochenta estuvo marcada por el "mandato" feminista de la libertad, pero con la estampa arraigada de la tradición, de la mentalidad incuestionada sobre cómo debía ser y se debía comportar una mujer. Fue una generación situada en una tensión, que tuvo que vérselas en constantes contradicciones, frente a las cuales había que estar siempre en el intento de anudar estos miles de cauces llorones y reclamones. Es desde esta tensión que quiero hablar hoy.

"Se trataba de una promesa de mujer de futuro,
pero con el miedo arraigado por el futuro de esa mujer"

III.- 
Antiguamente existía una cierta estabilidad, aunque fuera aparente y a veces condenatoria: el matrimonio era para toda la vida, la mujer y el hombre tenían claridad de sus roles y sus lugares, los niños también. No sabemos si eran felices, ni tampoco si era mejor, ya que habían bastantes problemáticas, solo sabemos que había más claridad.

Da la impresión que la época actual está marcada por un lenguaje particular, que hay que aprender y ensayar todos los días, que no siempre es fácil. Esta dificultad hace que el encuentro con el otro sea frágil, sorprendente y necesario de construir día a día, noche tras noche. Esta dinámica a veces resulta agotadora, ya que el hecho de que no haya nada garantizado, a veces produce confusión, inseguridad y desorientación. 


Aún con todas estas complejidades actuales, lo fundamental de este devenir histórico, es que el movimiento feminista instaló en nuestro psiquismo la posibilidad de preguntarnos por la felicidad, la autenticidad y la libertad, pregunta que muchas veces define nuestras decisiones actuales. 

IV.- Un tema fundamental que marcó este cambio cultural, fue el ingreso de la mujer al espacio público, especialmente al mundo laboral. Este hecho no fue solo una acción más entre tantas, sino que ha significado un cambio de toda la estructura social, ya que ha tenido efectos en el espacio familiar e íntimo.

Al recibir un ingreso económico y desarrollarse intelectual y personalmente, se empieza a establecer una relación de horizontalidad con el hombre (que ya la vamos a examinar), un cambio en el funcionamiento del hogar (nanas, hijos, otras cuidadoras, jardines infantiles) y en la toma de decisiones. La mujer empieza a tener mayor poder económico, mayor decisión sobre su cuerpo y sobre la planificación de su vida, poderes que implican también mayores exigencias hacia los demás.                                       

Sin embargo, como el espacio público se transforma en un nuevo ámbito de acción para tod@s (ya que usualmente ha estado ocupado por hombres), se necesita de un esfuerzo extra por ser aceptadasfuerza para ser escuchadas y energía para ser reconocidas, lo que muchas veces ocasiona que la mujer tenga que exagerar en sus intentos. Esta situación tiene efectos en el espacio familiar y privado, en tanto implica nuevos órdenes de la vida cotidiana y nuevas formas de relación con la pareja. Al estar tan cansadas y ensimismadas con el "afuera", se empieza a perder la conexión con la intimidad del hogar, con el otro y consigo mismas, lo que produce que muchas veces el afecto se transforme en una "tarea" más por cumplir.

Empezamos a funcionar, a LLENAR el espacio personal y laboral, tomando actividades y más actividades sin darnos cuenta, hasta terminar saturadas… 
y seguimos, sin escuchar, sin mirar, sin hablar. 
Haciendohaciendohaciendo, sin que nunca sea suficiente.

Es en esta dinámica que empiezan las discontinuidades entre los distintos cauces. Llega un momento en que el cuerpo se resiste a tanta actividad y viene el COLAPSO: lapsus, equívocos, caídas, atrasos, olvidos, tropiezos, rabietas y dificultades en las relaciones.

                  ¿Por qué sucede esto?
V.- 
Si bien en todo ser humano sucede lo descrito anteriormente, lo particular de la mujer se relacionaría históricamente, con una falta estructural de reconocimiento por parte del Otro, con un vacío, con un espacio que nunca se llena por completo. 

Para entender esta idea, se puede hacer una analogía con la representación que el órgano sexual femenino ha tenido en una sociedad estructurada, simbólicamente, a partir de un pene-falo. Si bien no vamos a profundizar en este tema ahora (porque es complicado y tiene muchos matices teóricos) se puede entender como una metáfora para situarnos en lo que significaría un "agujero que no se llena", que está en falta. 
Si bien esta significación se relaciona, en lo concreto, con un órgano biológico, lo que ha constituido la subjetividad femenina es el discurso social y cultural que se ha tejido en torno a esta diferencia sexual, del "tener y "no tener", y su transmisión histórica, a través de las generaciones. ¿Qué significa en cada familia, en cada pueblo, en cada religión, haber nacido hombre o mujer? ¿Es una dicha o una condena? por ejemplo. Esta es una huella histórica que todavía marca inconscientemente el psiquismo de nuestra generación, aún cuando algunos hechos muestren lo contrario.  

Si por el hecho de nacer mujer ya se trae una marca cultural de menoscabo, de deficit, de falla, entonces, haga lo que haga la mujer será in-suficiente y sentirá ese vacío nunca completado. Es por este motivo que, al ingresar al "mundo de hombres", se empeña en demostrar su igualdad. La paradoja es que por este mismo concepto nunca SE SENTIRÁ suficiente ni para sí misma ni para el otro. Es aquí donde está la TRAMPA, ya que este vacío hace que se vuelva incluso más eficiente, más rápida, más ejecutiva, más hábil, más… más y más. 

                                  Pero.... ¿Dónde está?...¿Dónde queda?

VI.- 
En el HACER (A-SER) se pierde el SER. ¿Qué es "el Ser"?...Eh ahí la pregunta… Eh ahí lo que hay que buscar….. 
.....Y hay que buscar porque en el fondo hay una disconformidad, que muchas veces se transmite en el poco aprecio de sí mismas, una incomodidad en relación al cuerpo, una inseguridad básica. Es decir, existe una discontinuidad entre la persona "segura, poderosa e inteligente" que aparece en lo público y la sensación íntima que tiene de sí misma.

 ¿Qué expectativas se intentan cumplir? 
¿A quién? 
   ¿De qué reconocimiento se trata? 
¿Qué tiene que ver esta sensación con la transmisión transgeneracional? 
¿Qué mensajes transmitieron nuestras madres? 
¿Qué le estamos transmitiendo a nuestras hijas?

Si bien esta búsqueda tiene que ver con la mujer, en términos sociales y prácticos también debiera incluir a los hombres, ya sea como pareja, como compañeros de trabajo, como amigos, como ciudadanos. 
¿Se han detenido a pensar qué pasa con ellos frente a esta novedad y discontinuidad?
 
Hay que pensar que muchos hombres vivieron, en su infancia, con una mujer totalmente dedicada a la casa y a ellos, y ahora se encuentran con otras personas. Es decir, también es un aprendizaje para ellos, que su pareja tenga opinión, que sus hijos los necesiten afectivamente, que exista un agrado por no tener que llevar él solo la carga económica y que hayan aspectos del espacio privado que también pueden ser reconfortantes. 

Más allá de cómo cada persona se ubique según su particularidad, es importante tener en cuenta que estamos frente a nuevos seres, hombres y mujeres, que nunca se han relacionado de esta manera y que esto solo se aprende a "golpe y porrazo", estirando el elástico hasta que se rompe. Se necesita creatividad, dedicación, paciencia y tolerancia para reconstruirlo. No es fácil.

VII.-
Y aquí entramos al tema de la pareja.

Siguiendo en la línea planteada acerca de los distintos cauces que corren en forma simultánea en una MUJER y que no siempre se ponen de acuerdo, hay que pensar cómo está funcionando el personaje de la PRINCESA que espera al PRINCIPE AZUL, que ha estado presente hace siglos en el registro de cada una y que por más discursos feministas, de autosuficiencia y de "guerrera", no es fácil de extinguir. Por supuesto que estos tiempos que corren le han dado otros matices, pero no deja de ser habitual escuchar mujeres ejecutivas, profesionales, inteligentes, extrovertidas, llorando, sufriendo, reclamando, e incluso mendigando amor.

Antiguamente, las mujeres se quedaban esperando en casa a que llegara un hombre a pedir su mano, existía una ansiedad por casarse, porque sino significaba quedarse vistiendo santos o solterona. Cuando ya se daba el paso se hacía para toda la vida, aunque hubieran golpes o sufrimiento de por medio.

Ahora ya no es así. La relación hombre-mujer es más horizontal, muchas veces la mujer toma la iniciativa, se da la posibilidad de convivir antes del matrimonio e incluso los divorcios son cada vez más frecuentes.

Si bien aún existe ansiedad por tener una pareja, presión social por formar la familia y en algún punto sigue funcionando el mito del príncipe azul, pareciera que se ha instalado, además, la necesidad de estar con alguien para compartir la vida. Es decir, actualmente la relación de pareja estaría conducida por la búsqueda de amor, de pasión, más allá de lo mencionado.
 
¿Qué implicancias tiene el amor y la pasión en todo esto?        
Esta vida compartida estaría vinculada a un crecimiento que implicaría al cuerpo, a la mente, al espíritu… entre otros.... Al cuerpo, en tanto se busca una conexión con la intimidad, la afectividad, la sensualidad, la maternidad. La mente, porque se espera tener proyectos en común: formar un hogar, viajar, preocuparse por el otro y preocuparle al otro, inventar entre dos el nombre de los hijos.... Al espíritu, para compartir un espacio de crecimiento, en que se muestren las distintas facetas de una persona: ser niñas, madres, feas, bonitas, rabiosas, tiernas e incluso encontrarse con lugares desconocidos de sí misma. El desarrollo que ha tenido la mujer en todas las facetas antes mencionadas, otorga el derecho, para ambos, de construir una relación fundada en el respeto, el afecto y el reconocimiento, donde pareja significa que dos seres van a la par, que se potencian y acompañan en su desarrollo, donde la postergación y el sacrificio es una opción, no un rol u obligación.

Si bien todo esto es algo más bien teórico y no necesariamente es lo que toda mujer busca y lo que toda persona logra, ya que no siempre resulta, lo que quiero transmitir es que actualmente NO se está buscando marido solo por un mandato social, una costumbre, un deber ser, sino que se espera una relación que sea enriquecedora para ambos. 
                                    "Para ser Novios hay que Amarse, sino, no vale!"…


¿Qué pasa entonces, que esto NO siempre resulta?

VIII.- 
Si bien en un aspecto se da todo lo mencionado anteriormente, por otro lado, aún continúan funcionando ciertos rasgos, en la psiquis femenina, que a veces atrapan en situaciones repetitivas, dolorosas y negativas, que impiden el crecimiento.

                                      ¿Cuál es esa otra cara de la moneda?
                                          ¿Dónde estamos enganchadas?
                    ¿Cómo se sitúan estos miles de discursos dentro de una misma?


Me interesa, ahora, hablar de lo que significa el amor, la pasión, el impulso y las consecuencias que esto tiene en la búsqueda de pareja y en lo que se constituye posteriormente.



 El baile es la mejor instancia de seducción. Todo es imagen y si esas dos imágenes logran coordinarse y armonizar en una, todo se vuelve espectacular. Bailar es volver a un estado biológico, fisiológico, sin ética que se interponga, donde ambos cuerpos son capturados en una danza recíproca, en un solo movimiento.

"Después del baile… ¿Qué sucede?"
 
Esta metáfora representa lo que sucede en el amor, en esos primeros momentos en que quedamos atrapadas en la mirada de otro, en la imagen, en el encanto, en la ilusión. Entonces creemos que nos encontramos con el príncipe azul, con la media naranja, con el alma gemela, con quien nos tenía preparado el destino y con todos esos miles de cuentos que construimos en nuestras cabezas. 

Obviamente este mecanismo de la ilusión ha funcionado siempre así. Lo particular de esta época es que lo que dirige el encuentro con el otro, ya no es principalmente el contrato, la familia y la seguridad, sino, el amor, la pasión, y además el SEXO. Este cambio ha hecho que los encuentros sean más rápidos e inmediatos que antes y, por lo tanto, muchas veces se producen desilusiones, que implican alto costo y desgaste. 


 Lo importante es que así como nos ilusionamos así también nos des-ilusionamos.
                                                           ¿Por qué?
 
Primero, por lo que vimos anteriormente, que tiene que ver con el tema de la fragilidad, de la incertidumbre, del desconocimiento de cómo relacionarnos, de lo que hablamos sobre estos "nuevos seres" del mundo actual. Pero también, y es lo que quiero tratar, es la segunda parte de la frase: "Después del baile… ¿Qué sucede?".... empiezan las preguntas…" y nos encontramos con que la realidad, la vida, las personas, somos mucho más complejos que una simple imagen, mucho más dis-armónicos que dos imágenes.

IX.- ¿Cuáles son las consecuencias…?


En el mundo actual hay muchos ejemplos y diversidad en los tipos de relaciones que se establecen: diferencias de edad, de razas, de cultura, de nivel socioeconómico, de ingresos, de intereses, de historias, de hijos, de parejas anteriores, etc. Si bien, en un principio estos temas son parte de una conversación entretenida y agradable, en la que incluso se pueden encontrar puntos comunes, a veces no se considera que también pueden producir conflicto. 
Como todo es tan rápido, "se va no más", sin considerar las consecuencias.  El ímpetu de la pasión, de la "liberalidad" y la reivindicación de "yo hago lo que quiero" que se da actualmente, tanto propia como ajena, puede producirnos mucho DAÑO a nosotras mismas y a los demás. "después del baile empiezan las preguntas", "en la noche todos los gatos son negros", "caras vemos, corazones no sabemos"… y todas esas frases apuntan a la precaución, a la cautela.
 
                     ¿Qué busco con esa inmediatez? ¿Qué se busca? ¿Qué se quiere?

¿Basta solo una energía química, física o cósmica para que una relación afectiva se constituya?


¿Puede ser la vida cotidiana trascendida por esta energía?



La idea no es hablar desde la moralidad o del deber ser, sino desde la vida cotidiana, desde la problemáticas, deseos, motivaciones que puede haber entre personas distintas y que "después del baile" empiezan a irrumpir. Tampoco se trata de evitar todas estas complejidades a priori porque si no habría que casarse casi que solo con el hermano o con una misma. Lo importante es entender que la vida en pareja y con los demás, incluso, es mucho más compleja de lo que nos gustaría que fuera


X.- Por último, resulta importante hablar de lo que significa el cuerpo en la mujer, ya que está ligado a los temas anteriores y está muy relacionado con el tema del reconocimiento y la seguridad frente al otro.


                              ¿Qué se nos transmitió sobre nuestro cuerpo?.

Tradicionalmente se enseñaba a tapar el cuerpo, se evitaba hablar sobre la menstruación, sobre el desarrollo, incluso sobre la maternidad. En general, eran temas que se daban por sabidos donde las niñas-adolescentes-adultas tenían que vérselas con algo desconocido y no siempre fácil. Esta incógnita iba generando un espacio de no-saber, pero también de complejos que se iban instalando y que, posteriormente van pasando la cuenta.

 
El cuerpo es un reflejo de uno misma, una metáfora de la psiquis. Cuando las niñas viven la pubertad, toda la identidad se vuelve más inestable y esto se traduce en el cuerpo. Cambios radicales de peso, espinillas, ser muy alta, muy baja, muy pechugona, muy plana, son características que van marcando a la persona subjetivamente, hasta el punto que puede llegar a producirle complejos de por vida y "rollos internos" muy difíciles de cambiar. Junto a esto, la fuerza mediática de la cultura actual establece una idealización del cuerpo que se "debiera" lograr y que se agudiza con el ideal personal de belleza, por la opinión de otros y por nostalgias de lo que fuimos alguna vez. 



Lo importante es que siempre hay rollos que no quieren desaparecermetáforas de aquello que está ahí, enquistado, que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que sigue presente como HUELLAS, aún cuando estemos invadidas de discursos, de reivindicaciones, de eficiencia, de poder.


Es importante trabajar personalmente en estos "rollos", ya que a medida que pasa el tiempo y el cuerpo empieza a envejecer, estos complejos infato-juveniles se van agudizando. Empiezan las cirujías, los lifting, las depresiones, la disconformidad… y se vuelve al inicio: nunca será suficiente.


La experiencia, los tropiezos, desordenes y caídas permiten superar complejos y trancas antiguas. Aún así, es importante trabajar profundamente estas marcas ancestrales y recuerdos olvidados que aún siguen presentes, tanto en hombres como en mujeres, para lograr hacer del paso del tiempo una evidencia de sabiduría y aceptación.














    


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