¿SALVADOS POR LA TECNOLOGIA?

Este dibujo es una gráfica representación de lo que vivimos hoy: los ciudadanos del mundo encerrados, mientras el virus anda feliz y campante, dejando huella en todo lo que toca. 

Esta metáfora me hace recordar el primer texto de la compilación que se hizo sobre diversos intelectuales que escribieron sobre el tema del coronavirus, llamado "Sopa de Wuhan".  En su escrito "La Invención de una Epidemia",  el filósofo italiano Giorgio Agamben plantea que al producir pánico en relación a una epidemia y a otros tipos de "enemigos" de la humanidad, por parte de los medios de comunicación y autoridades, se va creando un sistema de control hacia los ciudadanos, que va llevando a un Estado de Excepción, que se empieza a hacer permanente, pudiendo llegar a transformarse en un paradigma normal de los gobiernos.

Si bien este comentario fue bastante apresurado y poco previsor frente a la contingencia inédita que se está viviendo en el mundo, llevándose varias críticas y produciendo debates entre los demás autores, pone en juego un conflicto recurrente que se da en toda organización social y que Zingmund Bauman lo plantea como la paradoja entre libertad y seguridad, que va cambiando con el acontecer de los tiempos. 

Esta paradoja se manifiesta intensamente en este extraño momento que vivimos: estar encerrados por un tema de seguridad vital, nos ha llevado a encontrarnos con una extraña e imprevista forma de libertad, que no sabemos muy bien donde ubicarla.

Como decía mi colega, Margarita Marambio: "tu texto "Encontrándose en el Encierro", me hizo activar "La Caverna de Platón", todos encadenados, creyendo que eso era lo nuestro, pero queda un final sin final, que es la eterna pregunta: "¿Qué hacemos y cómo lo hacemos en "libertad"?. Hemos permanecido siempre en el neg-ocio, en la negación del ocio, con jornadas extenuantes, donde solo llegamos a dormir.... y ahora, "en ocio".... plop!!!"

¿Cómo ha sido realmente la libertad en nuestras vidas y en la sociedades actuales?

No es fácil definir qué es la libertad, menos aún cuando hay que convivir con otros y en sistemas sociales cada vez más complejos.

¿Cómo se hace para gobernar en un mundo donde hay tantas variables en juego?

Un ejemplo extremo, pero decidor, es descrito por Byung-Chul en su texto "La Emergencia Viral y el Mundo del Mañana", al  referirse a la estricta vida cotidiana de los chinos, país donde surge el virus y que había sido nombrado como uno de los que mejor lo ha manejado. Plantea que este buen manejo ha sido gracias (o a pesar) del uso de formas tecnologizadas de vida y de la vigilancia digital que ha hecho del BIGDATA un elemento contenedor y de control, que llegó a transformarse en un salvador de vidas humanas. Para que esto resulte, se requieren ciudadanos de mentalidad autoritaria, que tengan una incondicional confianza en el Estado, una obediencia total hacia éste y que estén dispuestos a la eliminación casi absoluta de la esfera de la vida privada. 

Desde este punto de vista se podría plantear que en China existiría implícitamente un formato de Estado de Excepción normalizado, donde el control tecnológico ha llegado a tal punto que los ciudadanos se han transformado en una especie de máquinas de obediencia, anulando "casi" cualquier tipo de subjetividad, con un sistema que funcionaría "casi" sin equívocos. 

Este "casi" lleva a varias preguntas sobre lo humano y su relación a lo social. Freud en su texto "El Malestar en la Cultura" habla sobre la renuncia que debe realizar el individuo para ser parte de una cultura, a partir de la cual se produce la subjetivación, permitiendo que surja la singularidad del "casi": una persona nunca estará del todo cohesionada con el sistema social en que habita y visceversa. Siempre existirá un espacio que no "cuaja" entre sujeto y cultura. 

A partir de este ejemplo de absoluta vigilancia tecnológica, la pregunta futura es si los sujetos humanos podrían llegar a borrarse del todo en función de la perfección tecnológica, o siempre quedará algún espacio para el equívoco, el lapsus, el imprevisto y la creatividad.....

....Por el contrario: si se suspendiera este orden tecnológico-social (se cae internet, por ejemplo), eliminando todo sistema de control, ¿seguirían estas personas auto-regulándose?  

¿Se alcanza a incorporar algún tipo de ética humana al educar con estos artefactos de control? 

Surgen estas preguntas porque justamente lo que ha salvado de la locura y desesperación en cuarentena, ha sido la tecnología. Ya venía ocupando un lugar importante en nuestras vidas y ahora empieza a ser imprescindible, en tanto nos ha permitido seguir ligados al delgado hilo de unión de nuestra vida cotidiana anterior, manteniéndonos incluso más "llenos" de información que antes. De seguro esta experiencia hará que se empiecen a abrir nuevos espacios en lo laboral, educativo, recreativo y, por supuesto, también en las interacciones personales y cotidianas. 

Esta contingencia lleva a pensar que no es solo en China donde se puede llegar a tener un sistema hipercontrolado por la tecnología, sino también en los países que más se han jactado de la importancia de la libertad y la democracia. 

En Chile ya se ha venido instalando este sistema de vigilancia, tanto en los espacios públicos, como en particulares y se empezaba a esbozar este super-yo cotidiano de la encuesta al ciudadano "me gusta/no me gusta" (uber, por ejemplo), incluso con estrellas, tal como se ve caricaturizada en el capítulo "Caída en Picada", de la serie Black Mirror. En este capítulo, cada gesto, elección o acción de la vida cotidiana es expuesto a una mirada enjuiciadora de otros, que va poniendo puntaje y los va registrando en una base de datos, haciendo que la persona suba o baje según la aprobación social, definiendo sus posibilidades de éxito y accesos a bienes, según la buena o mala conducta obtenida. 

Esta vez, la evidencia ha dejado en claro que el pánico colectivo por la epidemia no tuvo su origen en una intención de crear un Estado de Excepción permanente, de parte de algún gobierno en particular, tal como lo postulaba Giorgio Agamben. Por el contrario, en este contexto se ha exigido incluso un mayor control social desde los mismos ciudadanos hacia las instituciones, ya que con cada acción individual, no solo se pone en riesgo la propia vida, sino también la de los demás. Además, la tendencia en occidente es que los gobernantes ha ido perdiendo cada vez más su poder y autoridad.

Quizás la pregunta de estos nuevos tiempos es si el uso de la tecnología irá tomando tal autonomía, que serán las mismas personas las que ejercerán tales sistemas de control hacia los demás y que podrían llegar a volverse igual o más exigentes y sádicas hacia el otro, que el más autoritario de los sistemas de gobierno.

¿Podría llegar a formarse una especie de "estado de excepción cotidiana" entre los semejantes? 

Ver mas:

- La Invención de una Epidemia", Giorgio Agamben

- "La Emergencia Viral y el Mundo del Mañana", de Byung-Chul Han
- BLACK MIROR: "CAIDA EN PICADA" (NOSEDIVE)
- "ENCONTRANDOSE EN EL ENCIERRO" 

- VIDEO sobre china