¡¡QUE ROLLOS!!
El cuerpo es una evidencia permanente, la expresión del "alma". En la pubertad el cuerpo era la inestabilidad misma, pasando por épocas de gordura extrema, de espinillas, de excesos. Había pocas mujeres que se conformaban con su cuerpo. Cada una tenía su propio complejo y eso se expresaba en la manera de relacionarse con él. En esa época daba vergüenza usar polera sin mangas porque se sentían los brazos muy gordos, ocupar sostén o ser demasiado plana de todas partes, defectos que solo eran sabidos por la propia persona, nadie más se fijaba ni le importaban tan mínimos detalles. Es decir, todos eran rollos, rollos y más rollos. A medida que se va creciendo, se van superando algunas trancas e inhibiciones, lo que va permitiendo tener mayor seguridad para vivir en forma más fluida, tranquila y simple. Al llegar a los TREINTA, en el lugar de los antiguos rollos psicológicos, se empiezan a instalar nuevos rollos físicos. Es decir, por más dietas y ejercic