Charla MUJER y NUEVOS MUNDOS. II.- "El FEMINISMO, Una Huella Transgeneracional"

Este texto es parte de la Charla: "MUJER Y NUEVOS MUNDOS: DESAFÍOS EN LA ACTUALIDAD"
II.-
La generación a la que me refiero estuvo marcada por grandes hitos históricos. Uno de estos es el feminismo de los años '60.

¿Qué significó para las hijas y nietas, de aquellas mujeres que miraron de frente la libertad y se relacionaron de una u otra manera con ella, ya sea haciéndole el quite, amistándose, enemistándose, o llevando la lucha hasta el final?  

Esta es la pregunta de base que conduce la Charla. Es importante recalcar que no es una pregunta personal, sino, social. No es que mi madre o la madre de ella o él, haya sido efectivamente feminista, sino que este movimiento produjo marcas en la cultura aunque ella o él no lo quiera. Es decir, hoy en día no se pone en duda que una mujer tenga que estudiar o trabajar. Entonces, se trata de un cambio que va más allá de cada decisión particular y que ha ido marcando de generación en generación.
Sin embargo (y por eso quiero saber qué pasa con las adolescentes de hoy) tengo la impresión que la generación de los ochenta estuvo marcada por el "mandato" feminista de la libertad, pero con la estampa arraigada de la tradición, de la mentalidad incuestionada sobre cómo debía ser y se debía comportar una mujer. Fue una generación que estuvo situada en una tensión, en una contradicción entre la libertad y la tradición: una generación que aprendió a "nadar" donde los pensamientos, difieren de los sentimientos y de la conducta, haciendo siempre el intento por anudar en algún lugar estos tres cauces llorones y reclamones.

"Se trataba de una promesa de mujer de futuro, 
                           pero con el miedo arraigado por el futuro de esa mujer"

Es desde esta tensión que quiero hablar hoy. Las mujeres trabajábamos, viajábamos, estudiábamos, carreteábamos, pololeábamos, si queríamos nos casábamos y teníamos hijos. Sin embargo, queríamos libertad, pero también protección; queríamos pensar, trabajar y también afecto. Queríamos ser autónomas, pero a veces nos gustaba que el otro tomara decisiones por nosotras. Bailábamos solas, pero esperando también que alguien nos sacara a bailar.

                                ¿Qué Queríamos, entonces?

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