MUJER Y NUEVOS MUNDOS: X.- "El Cuerpo y sus Metáforas"
Este texto es parte de la Charla: "MUJER Y NUEVOS MUNDOS: DESAFÍOS EN LA ACTUALIDAD"
X.- Por último, resulta importante hablar de lo que significa el cuerpo en la mujer, ya que está ligado a los temas anteriores. Primero, porque está fuertemente relacionado con el tema del reconocimiento, de la autoestima y de la seguridad frente al otro.
X.- Por último, resulta importante hablar de lo que significa el cuerpo en la mujer, ya que está ligado a los temas anteriores. Primero, porque está fuertemente relacionado con el tema del reconocimiento, de la autoestima y de la seguridad frente al otro.
¿Qué se nos transmitió sobre nuestro cuerpo?.
Tradicionalmente se enseñaba a tapar el cuerpo, se evitaba hablar sobre la menstruación, sobre el desarrollo, incluso sobre la maternidad. En general, eran temas que se daban por sabido, donde las niñas-adolescentes-adultas tenían que vérselas con algo desconocido y no siempre fácil. Esta incógnita va generando un espacio de no-saber, pero también de complejos que se van instalando y que, posteriormente, en la madurez pasan la cuenta.
El cuerpo es una representación de uno misma, no es algo que está aparte de la persona, de lo psíquico, es una metáfora de la psiquis. En la pubertad, era la inestabilidad misma: cambios radicales de peso, espinillas, ser muy alta, muy baja, muy pechugona, muy plana, son características que van marcando a la persona subjetivamente, hasta el punto que puede llegar a producirle complejos de por vida, que incluso van produciendo posturas corporales determinadas.
En esos momentos se instalan ciertos "rollos internos" muy difíciles de cambiar, que luego, a los 30 años, se instalarán físicamente: siempre habrá un rollito que acompaña y, por más dietas, ejercicios y esfuerzo que se haga será difícil que desaparezca. Junto a esto, existe una idealización del cuerpo que se quiere tener, establecida por la cultura actual (televisiva), por un concepto personal de belleza, por opinión de otros, por nostalgias de lo que fuimos alguna vez. Lo importante es que siempre existen rollos que no quieren desaparecer, que insisten en quedarse, siempre los mismos, en el mismo lugar.
Tradicionalmente se enseñaba a tapar el cuerpo, se evitaba hablar sobre la menstruación, sobre el desarrollo, incluso sobre la maternidad. En general, eran temas que se daban por sabido, donde las niñas-adolescentes-adultas tenían que vérselas con algo desconocido y no siempre fácil. Esta incógnita va generando un espacio de no-saber, pero también de complejos que se van instalando y que, posteriormente, en la madurez pasan la cuenta.
El cuerpo es una representación de uno misma, no es algo que está aparte de la persona, de lo psíquico, es una metáfora de la psiquis. En la pubertad, era la inestabilidad misma: cambios radicales de peso, espinillas, ser muy alta, muy baja, muy pechugona, muy plana, son características que van marcando a la persona subjetivamente, hasta el punto que puede llegar a producirle complejos de por vida, que incluso van produciendo posturas corporales determinadas.
En esos momentos se instalan ciertos "rollos internos" muy difíciles de cambiar, que luego, a los 30 años, se instalarán físicamente: siempre habrá un rollito que acompaña y, por más dietas, ejercicios y esfuerzo que se haga será difícil que desaparezca. Junto a esto, existe una idealización del cuerpo que se quiere tener, establecida por la cultura actual (televisiva), por un concepto personal de belleza, por opinión de otros, por nostalgias de lo que fuimos alguna vez. Lo importante es que siempre existen rollos que no quieren desaparecer, que insisten en quedarse, siempre los mismos, en el mismo lugar.
Me interesa tomar este tema como una metáfora de lo que hemos tratado hoy. Una metáfora de aquello que está ahí, en la mujer, de aquello que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que sigue presente como HUELLAS, aún cuando estemos invadidas de discursos feministas, de reivindicaciones, de eficiencia, de poder.
Si bien la experiencia, los tropiezos, los desordenes y caídas ayudan a superar muchos complejos y trancas antiguas, es importante trabajar en sí mismas para que esas marcas, esos recuerdos, hagan del paso del tiempo una evidencia de sabiduría y aceptación de sí mismas.
Ver Charla Completa en: "TREINTA Y TANTOS... Diez Años Después"
Ver más: "SOBRE LA (IN)UTILIDAD DE LA MUJER"
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